LO QUE EL YOGA PUEDE HACER POR EL DEPORTISTA.
Los deportes tensan los músculos y crean desequilibrios por el entrenamiento repetitivo y el uso irregular de los grupos musculares. Este desajuste estructural suele propiciar lesiones de todo tipo.
Aunque la práctica del yoga desarrolla también la fuerza y la resistencia, lo hace a través de contracciones musculares estáticas (+) y el peso del propio cuerpo en diferentes combinaciones de brazos y piernas. Esta distribución de fuerzas se realiza de manera equilibrada, de forma eficiente y, a la vez, adaptada para cada persona.
No es un entrenamiento aeróbico. Si bien el ritmo cardíaco de un pricipiante puede incrementarse, el objetivo último del yoga es ralentizar la respiración y, por tanto, el ritmo del corazón.
Este movimiento inteligente y controlado nos permite subir el calor interno para evitar así lesiones que en el deporte surgen como consecuencia del exceso de rigidez.
Por otra parte, y esto es una particularidad del yoga, también podemos movernos liberando a las articulaciones de presión (posturas sedentes y tumbadas), activando la musculatura, pero disminuyendo el desgaste.
Todo esto, unido al uso de las respiración consciente, aumenta la llegada de oxígeno a las células con lo que nuestra capacidad de esfuerzo aumenta.
(+) Los ejercicios isométricos someten al músculo a una cierta tensión sin realizar movimiento.
Comentarios
Publicar un comentario